¿Qué es la vitamina D?
 
La vitamina D actúa sinérgicamente con la vitamina A, de preferencia en una proporción de 7:1. Desempeña un papel en la absorción y la regulación del calcio y el fósforo. También ayuda a fortalecer los huesos, los dientes y la piel. Es de vital importancia para la salud del sistema nervioso y los riñones.
 
Se puede derivar de la acción del sol sobre los aceites secretados y reabsorbidos por la piel. Sin embargo, mientras más bronceada está la piel, menos lo absorbe. Además, mientras más vieja es la piel, menos activa es en la producción de vitamina D. Esta vitamina ayuda al cuerpo a sintetizar proteínas e incorporar el magnesio en las estructuras de los huesos y los dientes.
 
Beneficios de la vitamina D:
 
Salud ósea: Los minerales calcio y fósforo constituyen una gran parte de la sustancia de hidroxiapatita, que forma más de la mitad de nuestra composición ósea. Sin embargo, dos sustancias regulan principalmente el uso que hace el cuerpo del calcio y el fósforo: la hormona paratiroidea (PTH) y la vitamina D. La PTH estimula la liberación de calcio de nuestros huesos al torrente sanguíneo cuando los niveles bajan demasiado.
 
Por otro lado, la vitamina D evita que la PTH absorba una cantidad demasiado grande del suministro de calcio de nuestros huesos, ayudando a que nuestros intestinos lo absorban en mayor cantidad y permitiendo que nuestros riñones lo retengan también en mayor cantidad. Mediante la regulación de nuestra función de la PHT, la vitamina D no sólo protege nuestra salud ósea, sino que también combate un exceso de calcio en nuestro torrente sanguíneo que puede causar problemas cardiovasculares.
 
Inmunidad: La vitamina D desempeña un papel crucial en nuestro sistema inmune mediante la activación de las células, que liberan proteínas antibacterianas. Se ha demostrado que estas proteínas posiblemente evitan infecciones, incluyendo la Mycobacterium tuberculosis (causante de la tuberculosis) y la Mycobacterium leprae (causante de la lepra).
 
Presión arterial: La vitamina D puede ayudar a controlar la presión arterial mediante la supervisión del sistema que aumenta la tensión arterial cuando baja demasiado, llamado sistema renina-angiotensión. Nuestro cuerpo necesita una dosis saludable de vitamina D para evitar que este sistema eleve la tensión arterial en exceso.
 
Insulina: La vitamina D regula los niveles de PTH para que no liberen un exceso de calcio al torrente sanguíneo. Una sobredosis de PTH en nuestro torrente sanguíneo también puede provocar que los adipocitos recolecten un exceso de calcio, provocando que las células produzcan un exceso de cortisol, hormona que contrarresta el efecto de la insulina, haciendo más difícil para el cuerpo el metabolismo de los azúcares.
 
Además, cuando se acumula un exceso de calcio, las células dejan de producir GLUT-4, una proteína que ayuda a transferir azúcar hacia la sangre y a nuestras células. La GLUT-4, sin embargo, sólo funciona cuando la desencadena la insulina. Sin suficiente vitamina D, no sólo nuestros cuerpos producen muy poca GLUT-4 para transportar el azúcar necesaria para nuestras células, sino que también carecen de la eficacia de la insulina para estimular ese proceso.
 
Músculos: Los estudios han demostrado que una deficiencia de vitamina D no sólo conduce a la disminución de la fuerza muscular (independiente de la masa muscular), sino que también puede inhibir la activación correcta de los nervios y desencadenar contracciones musculares.
 
Salud Mental: El consumo recomendado de vitamina D puede reducir enormemente los riesgos de trastornos cognitivos relacionados con la edad, como la demencia senil, la enfermedad de Alzheimer y los trastornos del ánimo como la depresión.